jueves, 19 de mayo de 2011

Crónica de una realidad. Madrid, Puerta del Sol.

Es emocionante ver como miles de jóvenes se expresan sin miedo de la policía, ni de la lluvia; parece que nada va a moverles. Se respira ilusión, juventud, ideas, idealismo y un largo etcétera de adjetivos en la céntrica plaza del, ahora extinto, “Tío Pepe”. 

Es ilusionante ver como gente joven, y no tan joven, se moviliza en pos de un objetivo común con el talante pacífico como bandera. Ayer, se sucedían los gritos y proclamas mientras nosotros, ajenos a todo aquello, nos preocupábamos más en buscar un lugar por donde huir en caso de intervención policial que en prestar atención. Supongo que cada loco con su tema.

De entre todo lo que observamos ayer, rescato dos testimonios, por un lado el de un antidisturbios destinado en una de las calles colindantes a la protesta, y el de mi gran amigo Carlos Heras. Antes de seguir, os recomiendo seguir el blog de este último que, especialmente en estos días, puede serviros como un valioso testimonio sobre la verdadera situación que se vive en el kilómetro 0. Aquí os lo dejo.

Mientras caminábamos hacia una tienda de chucherías, nos topamos con una conversación entre un participante de la protesta, que rondaría las cincuenta primaveras, y un joven policía nacional. El primero le reprochaba al segundo la falta de consideración a la hora de disuadir a las masas a lo que el joven respondía que solo cumplía, como cualquier trabajador, a su obligación y que a él las órdenes le llegaban desde arriba (altas instancias) y las tenía que acatar. No había que ser un “lince” para leer entre las palabras del policía que tampoco le agradaba estar ahí, pero que claro, actuaría de oficio en caso de que le agredieran (como según él ocurrió el domingo, día en que la policía se vio obligada a cargar contra los allí presentes). Lo evidente es que la policía no tiene culpa de nada.

La segunda historia se dio por casualidad, estábamos charlando algo alejados del epicentro de la protesta cuando vimos a Carlos. Iba ataviado con ropa para pasar la noche a la intemperie; lucía un look algo bohemio, mochila a la espalda, saco de dormir, bebidas isotónicas, comida y azúcar, sobre todo recalcaba la importancia del azúcar para poder aguantar toda la noche. Una mezcla de ilusión y sensatez enmarcó nuestra conversación. Es consciente de que la empresa es difícil, pero está convencido de que luchará por ella. Es un joven que, por lo menos, ha leído y se ha documentado, algo que visto lo visto actualmente, es novedad. Da gusto charlar con gente así.

Siento haberme extendido, pero creo que pese a que no comparto muchas de las iniciativas por las que se lucha en la Puerta del Sol, es realmente elogiable  que la juventud, y la sociedad en general, se muestre unida por un objetivo común, sea cual sea.

Enrique.

2 comentarios:

  1. He estado allí. Creía que se trataba de una reivindicación de la Democracia. Aún así, la sensación con la que me fui es que la unión que se respira por ese supuesto objetivo común no es más que otro efecto colateral producido por un malestar generalizado y el desconocimiento de la lucha que se está ejecutando. Bajo esa reivindicación he visto -y es mi humilde y sesgada visión- un vago conocimiento de las causas por las que, como dicen en Sol, se debe empezar una revolución (si bien pacífica, por lo menos).
    Los conceptos no están claros. ¿Qué es democracia? Me resultó cuanto menos insatisfactoria la utilización de conceptos contrarios en una lucha pro-democracia. Sirva de ejemplo que a cualquier eslogan todos se unieran, sin pensar exactamente lo proferido y en si, efectivamente, lo dicho era o no democrático.
    Me llamó sobre todo la atención que se culpe exclusivamente a esas altas esferas (Botín o la generalización <>) y se apoye la idea de que España es el pueblo y no el poder gubernamental. Para cualquiera es palpable una cierta ironía si se observa con atención que, en efecto, cuando se afirma que "España es el pueblo" (concepto que ya engloba dicho nombre propio)el pueblo lo forman todos y cada uno de esos individuos, sin excluir a los más enriquecidos. Sin dejar de señalar, por otra parte, que -y atendiendo a otro de los lemas- "nuestros padres lucharon por una democracia que ahora está ausente" y que, sin entrar en si dicha cuestión es o no real, la responsabilidad (in)directa de tal situación no se debe exclusicamente a un estado de capitalismo, sino a la falta de implicación de ese tan proclamado y ensalzado pueblo que no ha sido responsable con el legado que fue, para muchos, una democracia española y que su propio pueblo no ha sabido defender (o mantener).
    Dicho sea, sin embargo, que siempre es alentador -sea con confusión de conceptos o falta de profundidad en la noción de tal reivindicación e incluso por un dejarse llevar por lo que dice la masa (o pueblo)- que la población se detenga a observar, conocer y comprender y, en consecuencia, proclamar (e intentar solucionar) los errores que se cometen en España. Quizás sólo falta que como pueblo nos comprometamos no ahora, bajo el sol en Sol en vísperas de elecciones, sino de por vida con los ideales democráticos que tanto tiempo nos costó alcanzar.

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  2. Totalmente de acuerdo.

    Creo que gran parte de las personas que alli se dan cita no saben exactamente sobre lo que protestan, probablemente porque las plataformas que lo organizan no dan unos objetivos más allá de lo romántico y lo utópico (en la mayoría de los casos). Se pueden rescatar dos o tres reclamaciones viables; modificación de la ley de partidos y poquito más bajo mi punto de vista.

    Pese a la falta de consistencia general, me gusta ver como la sociedad española se moviliza por algo, práctica que parecía olvidada en los últimos tiempos.

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